Bienvenidos a mi página web Ritmo Cósmico.
Muchas culturas antiguas como los Maya o también la antigua cultura del valle del Indus de la India con su complejo sistema filosófico bien sabían de la existencia de ritmos cósmicos. Los ciclos del nacer, crecer y perecer del hombre y de la naturaleza que lo rodaba fueron considerados partes integrales de ritmos cósmicos más grandes, períodos gigantescos de tiempo que sucedían y se repetían eternamente.
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Viendo el ciclo de la vida del individuo engranado en una estructura superior libraba al hombre de percibir el tiempo y la historia como cargas aplastantes y lo hacía sentir en armonía con la naturaleza y con el universo y no aislado y despiadadamente a merced de la historicidad – este estado triste y opresivo con demasiada frecuencia experimentado y sufrido por el hombre moderno.
Estar en contacto con los propios ritmos, con el ritmo del planeta y con los del universo, sintiendo sus influencias bondadosas es una experiencia maravillosa y curativa, que en algunas culturas hasta se considera sagrada. La sensación de sentirse parte de estos ritmos despierta en nosotros una confianza primordial en la vida y nos hace sentir libres y seguros en este espacio infinito que es el universo.
Tanto como pintora como profesora de lenguas considero ritmos altamente significativos para mi trabajo. A pesar de que la pintura obviamente pone el foco en la visión, siento que las imágenes me llegan a través de un cierto ritmo y es através de ritmos también que el proceso de la pintura evoluciona.
Trato de plasmar estos latidos del corazón del universo – así es como percibo estas imágenes – en lienzos o tablas de madera casi siempre con óleos o pintura acrílica también utilizando otros materiales como corteza de árbol, arena, caracoles de mar y piedras.
Ritmos también definen en gran escala mi trabajo de profesora de lenguas.
Pongo al centro de mi enseñanza los ritmos de trabajo propios de mis estudiantes y el aprendizaje evoluciona según los ritmos que ellos definen. Mi experiencia es que ésta es la manera más motivadora y exitosa a la vez de enseñar y de aprender idiomas.
Venga y descubra los ritmos ahí afuera y – por supuesto – también los muy suyos
¡y disfrute estar en contacto con ellos!
El suave golpeo de los pies, las voces susurrando como el viento – todo parece un poco hipnótico. Llama la atención que todos los danzantes suigen el ritmo del tambor, nada más los bicornios mantienen un ritmo uniforme, que no está en armonía con lo de los demás. Como tienen la sabiduría de los mundos anteriores y su experiencia no se limita a la de este mundo están en contacto con el tacto inaudible del pulso cósmico, que no depende ni del tiempo ni del espacio.
Frank Waters, El libro de los Hopi